¡Oh, no! Me identifico con Fiona Apple
Sigo viva: ‘updates’ personales y 6 canciones que decidí pretender que son únicamente para mí
¡THE VORTEX CUMPLE UN AÑO!
Así es, mi querido hijo desatendido ya tiene un año llegando a su bandeja de entrada una vez a la cuaresma.
Pero ya, humor self-deprecating aparte, quiero agradecerles a quienes no dudaron en suscribirse el primer día. Jamás olvidaré la noche que lancé este newsletter junto con el primer artículo y unas horas después me fui a dormir con más de 100 personas suscritas — esto suena como si me hubiese acostado con las primeras 100 personas en suscribirse y aunque me cuesta poner en palabras mi gratitud, juro que en esta ocasión no la expresé de esa forma.
A quienes se han suscrito desde entonces, con ustedes tampoco me voy a acostar, aunque no les voy a mentir: el día que salieron las fotos de Ben Affleck leyendo el newsletter de Jennifer Lopez fue uno de mis grandes momentos aspiracionales del 2022. Tal vez en veinte años nos encontremos y le hagamos un favor a la cultura pop reviviendo esta década, así como Ben y JLo hicieron con los 2000, pero por ahora, lo que puedo hacer es decirles que los aprecio enormemente y que cada vez que recibo el correo de una nueva suscripción, me sorprendo como si fuese el primer día. Siendo muy honesta, nunca esperé que en una época en la que ver un TikTok de tres minutos es un reto gigante de concentración hubiese gente dispuesta a leer lo que escribo aquí, y aun así, aquí están. Gracias por eso.
A quienes no se han suscrito todavía, como dijo Carly Rae Jepsen: I’m coming back for you, baby, I’M COMING BACK FOR YOU. Los veré caer.
No publico nada por acá desde hace casi cinco meses y ahora que lo pienso ese es el mismo tiempo que tengo sin pintarme la raíz, así que todo parece indicar que llevo un poco menos de la mitad de un año sucumbiendo a la locura. Sin embargo, al igual que mi melena artificialmente rubia, The Vortex siempre está destinado a regresar, así que aquí está: un nuevo artículo en el que, como afirmaba que era el propósito de este espacio cuando lo creé y como decía Martin Scorsese —a quien, por cierto, estoy dispuesta a defender a golpes de Simu Liu si llegase a ser necesario— antes de mí, trato de hacer que se interesen por mis obsesiones.
¿La obsesión de hoy? Una persona que sería definitivamente peor que yo intentando ser constante con un newsletter porque es capaz de tardarse 8 años en sacar un nuevo disco. Así es, mi comunidad intelectual y deprimida, el sujeto de hoy es Fiona Apple, alguien que entró directo a mi licuadora de gustos —por qué dije esto cuando pude haber dicho “mi vórtice” es una pregunta que me perseguirá por el resto de mi vida— cuando sacó el álbum Fetch the Bolt Cutters en 2020 y este se convirtió en mi favorito del año. Hasta ese momento, no la había escuchado con intención, a pesar de que lo que podría considerarse su “prime” había sido muchos años antes, pero gracias a una reseña del disco que parecía describir todo lo que amo, decidí darle una oportunidad y aquí estamos hoy.
En realidad, este artículo nace porque en el último año he conectado mucho más con ella y he aprendido a apreciarla también fuera de Fetch the Bolt Cutters, así que quería honrar la forma en que me ha acompañado de alguna manera, por lo que hoy escribo sobre esas canciones que se han sentido como abrazos o han presentado paralelismos importantes con momentos de mi vida o simplemente me han impresionado desde un punto de vista literario, porque quizá la razón por la que Fiona Apple no podría llevar un newsletter de forma constante es porque cada uno de sus artículos merecería un Nobel.
Como quienes llevan un tiempo por estos lares se pueden imaginar, el último año-ish ha sido lo que con un eufemismo describiría como “emocionalmente movido”. Renuncié a un trabajo terrible, empecé en uno que me gusta, me enamoré, salí de esa relación, comencé a ir a terapia, entré en el dating world otra vez —quizá esto también sea un eufemismo, pero para decir que estoy aterrorizada—, volvió a gustarme alguien, me llevé otra decepción amorosa, hice amigos que amo con todo mi corazón, empecé a cuestionarme a mí misma con mayor seriedad, di a luz a mi bebé desatendido —ESTOY HABLANDO DE THE VORTEX Y NO DE UN BEBÉ REAL. POR FAVOR, TENGAN RETENTIVA Y COMPRENSIÓN LECTORA— y escuché mucho a Fiona Apple.
En pocas palabras: consideren este artículo, también, una forma de ponerme al día por acá, de actualizar mis pensamientos y sentimientos sobre ciertas cosas y de descubrir otras. Al final, explicar por qué conecto con algunas canciones y decir lo que me gusta de ellas es una forma de hablar sobre mí y lo que pasa en mi vida, así que bienvenidos a otro artículo del newsletter que los hace:
Creer que se me da la vulnerabilidad
Apreciar la cantidad de contenido sobre cultura pop que almaceno en mi cerebro
Preocuparse por la facilidad con la que expongo asuntos privados
Todas las anteriores
I Want You to Love Me
Si me conocen, sabían que iba a comenzar la lista con esta canción. Pertenece a Fetch the Bolt Cutters y es la que me ha acompañado por más tiempo, prácticamente desde que escuché el disco por primera vez, una relación afianzada por la cantidad de veces que hablo en público sobre cómo Fiona Apple la escribió para alguien a quien aún no conocía y esto me parece el epítome del romance.

Eventualmente regresó con su ex, Jonathan Ames, y comenzó a asociarla con él, pero la dedicatoria de la canción volvió a quedar abierta cuando terminaron definitivamente. Para el momento en que salió el disco, Fiona Apple habló de todo eso y explicó que así suelen funcionar estas cosas, porque sobre quiénes son las canciones es algo que está constantemente cambiando.
Me encantó leer eso. Me hizo pensar en cómo el significado que les damos a las cosas va evolucionando con nosotros y en cómo todo este drama sobre que es mejor no dedicar canciones porque luego cortas relaciones con las personas y la música deja de pertenecerte es una estupidez. I Want You to Love Me es una canción sobre una pareja, mas no de ella. No le pertenece al otro, porque el amor que damos, me atrevería a decir, no es suyo. Es nuestro y habla de nosotros, aunque lo dirijamos hacia alguien más.
Descubrí la canción estando soltera y tal vez, como Fiona Apple, imaginé a un desconocido del otro lado, porque en mi condición de hopeless romantic, siempre he creído que algún día conoceré a alguien que también me hará pensar que cada una de las cosas que pasaron antes de que llegara a mi vida eran parte de un plan más grande. Luego empecé mi última relación y me identifiqué con la idea de que nuestro encuentro era algo que estaba destinado a pasar. Después de terminar, la canción volvió a ser sobre alguien más, alguien a quien aún no conozco, alguien a quien me emociona conocer. Dirían los jóvenes que estoy en mi yearning era.
Más allá de la idealización romántica en la que me permite ahondar, I Want You to Love Me tiene el que, a mi parecer, es uno de los versos más preciosos que existen y la manera en que este me hace sentir es la razón por la que vuelvo constantemente a la canción:
“I move with the trees in the breeze
I know that time is elastic
And I know when I go
All my particles disband and disperse
And I'll be back in the pulse
And I know none of this will matter in the long run
But I know a sound is still a sound around no one
And while I'm in this body
I want somebody to want
And I want what I want and I want
You to love me
You”
—Fiona Apple, I Want You to Love Me
Específicamente la afirmación de que un sonido sigue siendo un sonido a pesar de que nadie lo escuche es algo que —con el corazón en la mano les digo: no pun intended— resuena conmigo. No sé muy bien cómo explicar qué es lo que amo sobre esa frase; tal vez sea la idea de que la existencia no necesite validación o de que el olvido no signifique ausencia, o quizá esta solo sea una reacción natural para una mujer que no recuerda una etapa de su vida en la que no haya estado extremadamente consciente de la muerte, pero el impacto que tienen esas palabras en mí no deja de asombrarme. “Every sound we make is a bit of autobiography. It has a totally private interior yet its trajectory is public. A piece of inside projected to the outside”, decía, por su lado, Anne Carson.
Pueden leer la letra completa aquí
Paper Bag
A ver, un hopeless romantic es un hopeless romantic A PESAR DE las desilusiones amorosas que debe atravesar. A un hopeless romantic le rompen el corazón y se va a aferrar al dolor porque este es un residuo del amor. Y la primera regla del club de los hopeless romantics es que hablamos abiertamente del desgarro emocional tanto como lo hacemos sobre lo mucho que nos gusta el amor.
Con todo esto lo que quiero decir es que así como me encanta idealizar todo lo que tiene que ver con el romance, también soy la persona que se identifica con la aflicción de Fiona Apple en Paper Bag, por lo que hace poco menos de un año pasaba mis días compartiendo la canción o parte de su letra en redes sociales. Incluso puede que sea un understatement decir que sentía el poder de una oración tan simple como “Hunger hurts and I want him so bad, oh, it kills” de una forma espiritual. ¿Qué les puedo decir? Soy una hopeless romantic fiel a las reglas del club.


En medio de mi tristeza posruptura, no solo llegué a sentir como mía la desesperación con la que Fiona Apple desea al hombre del que habla la canción, sino también la decepción que sintió al conocerlo realmente. Terminar mi relación fue un atajo al entendimiento verdadero de quién era la persona con la que estaba, significó darme cuenta de que había esquivado una bala gigante, pero comprender eso no evitó que siguiera queriéndolo mientras me acostumbraba a la idea de que no volvería a formar parte de mi vida luego de que saliera tan abruptamente de ella. “I could liken you to a werewolf, the way you left me for dead”, también decía Fiona Apple en Werewolf.
Creo que Paper Bag pone en palabras lo que es desear con todas tus fuerzas estar con alguien y al mismo tiempo comprender que esa persona no puede ni podría jamás darte lo que quieres de una relación, mientras que expone los mecanismos de defensa, muchas veces poco sanos, a los que nos aferramos para lidiar con la contradicción que plantean nuestros anhelos en este tipo de situaciones. Ser un hopeless romantic, supongo, es buscar una estrella en el cielo y muchas veces no encontrar más que una bolsa flotando en el aire.
Pueden leer la letra completa aquí
Under the Table
Luego de pasar dos años escuchando Under the Table regularmente, mi identificación con esta canción alcanzó su forma final hace unos meses, específicamente cuando puse mi atención en esta parte:
“I'd like to buy you a pair of pillow-soled hiking boots
To help you with your climb
Or rather, to help the bodies that you step over along your route
So they won't hurt like mine”
—Fiona Apple, Under the Table
Aunque creo que las almas de las personas con las que he salido de manera formal todavía están a tiempo de ser salvadas de la corrupción eterna, está muy claro que muchas de ellas son fanáticas de repetir patrones que perjudican a la gente que pasa por sus vidas, lo que con frecuencia me hace sentir compasión por quienes sufrieron las consecuencias de ello antes de mí y por quienes lo hacen ahora, y es entonces cuando, con toda la generosidad que cabe en mi cuerpo, me encantaría regalar unas hiking boots.
Podrán pensar que digo esto de las botas solo porque son los zapatos de los que habla Fiona Apple en la canción, pero lo cierto es que fue el hecho de que mencionara unas hiking boots específicamente lo que hizo que necesitara prestarle más atención a la letra. Me explico: ¿se acuerdan de cuando en mi artículo más reciente contaba que en una de nuestras últimas conversaciones mi ex dijo que él quería estar con una persona que hiciera una serie de cosas y ninguna de ellas era algo que yo hiciera? Pues esa lista de actividades en las que debía participar su pareja ideal incluía unos llamados “planes de hiking” a los que en 11 meses nunca fue él por su cuenta ni con sus amigos, pero por alguna razón era un problema para él que no lo hiciera yo. En resumen: sepan comprender que la mención a todo lo que involucre hiking despierta una reacción de estrés postraumático en mí y que Fiona Apple hablando de estos zapatos para describir a una persona que la maltrató es algo que voy a asumir como un regalo personal.
Ah, y si a eso le agregamos que la canción también incluye este verso…
“I told you I didn't wanna go to this dinner
You know I don't go for those ones that you bother about
So when they say something that makes me start to simmer
That fancy wine won't put this fire out, oh”
—Fiona Apple, Under the Table
…entenderán por qué a mí —una persona que desencajaba por completo en uno de los grupos de amigos de su ex porque las salidas con ellos consistían en que absolutamente ningún hombre le hiciera una pregunta, ya que su rol era ser “la novia de” en esas reuniones en las que las mujeres y los hombres interactuaban en esquinas totalmente opuestas del lugar— me encanta esta canción. Pura ira y excelencia perfectamente balanceadas en menos de cinco minutos.
Pueden leer la letra completa aquí
I Know
Cada tanto tiempo recuerdo el TikTok que decía que hay que tener cuidado con las canciones que cantamos en voz alta porque hacerlo funciona como una forma de manifestación. Una parte de mí piensa que esto es una locura sin sentido y sigue asumiendo el peligro de cantar las letras que escribía Shakira en los noventa. Otra parte de mí se pregunta si la vez que pasé dos semanas escuchando y cantando I Know sin parar influyeron en el hecho de que unos días después comenzara a vivir algo extremadamente parecido a la situación de la que hablaba Fiona Apple allí.
Para hacer el cuento corto: una persona en una relación me confesó estar ahogándose en un vaso de agua llamado me-gustas-desde-el-día-que-te-conocí-y-al-principio-pensé-que-era-solo-un-crush-pero-no-puedo-dejar-de-pensar-en-esta-situación-así-que-te-lo-estoy-diciendo. A partir de allí, se abrió en mi cabeza una puerta a un escenario que nunca había contemplado con seriedad y cuando esta persona me invitó a salir luego de decidir tomarse un tiempo de su relación, se me hizo sumamente fácil acceder obviando todos los peros que mi yo racional tenía al respecto.
Como siempre supe que ocurriría, las cosas no tuvieron un final feliz para mí. Eventualmente, los límites del supuesto tiempo empezaron a borrarse y muy pronto el vaso de agua pasó a llamarse oops-estoy-saliendo-con-ambas-al-mismo-tiempo-y-no-puedo-escoger-entre-ustedes. Cuando llegamos a ese punto, me hice el favor de abandonar lo que en TikTok ahora dicen que es una “situationship”, y pues, como explicaba un poco antes, cuando hablaba de Paper Bag, saber que este no era mi lugar no me hizo sentir mejor sobre desentenderme de él o de mi deseo de estar ahí, pero la vida pasa, supongo.
Inicialmente no quise saber mucho acerca de los detalles alrededor de esta cortísima relación y asumí una posición parecida a esa de la que hablaba Fiona Apple cuando decía:
“And at my own suggestion
I will ask no questions
While I do my thing in the background
But all the time, all the time
I’ll know, I’ll know”
—Fiona Apple, I Know
Aún, tres meses después de que todo terminara definitivamente, siento que mi rol sigue siendo bastante parecido. A veces me pregunto si soy un secreto o si los “siempre me vas a gustar” tienen algún tipo de validez, pero decido no involucrarme, existir por mi lado, y quedarme con la certeza de lo que sé.
Pueden leer la letra completa aquí
Every Single Night
En su primer año, The Vortex también ha logrado coleccionar unos cuantos borradores. El más reciente comencé a escribirlo hace casi cuatro meses y aunque estuve editándolo por aproximadamente tres de ellos, al final desistí de publicarlo. La principal razón: me hizo sentir demasiado expuesta y, en consecuencia, culpable. Sobrepensé todo y terminé haciéndome la idea de que no podía hablar públicamente de las personas que se veían involucradas en ese artículo. Resulta que “las personas que se veían involucradas en ese artículo” es como me gusta decirles a mis papás.
Era un texto sobre el dolor y cómo mi primer gran descubrimiento con 25 años —dado que empecé a escribir esto unas semanas después de haberlos cumplido— fue la revelación de que estoy un poco adolorida todo el tiempo. Les cuento: en ese primer mes tuve una contusión en el codo derecho, se me salió el líquido de la rodilla y me costaba caminar, descubrí una nueva alergia luego de que un collar me provocara un brote de dermatitis, me despedí de mi mejor amigo y salí de la infame situationship, por no contar que justamente para mi cumpleaños recuperé la voz luego de haberla perdido por dos semanas, lo que en retrospectiva se siente como un último gesto de los 24 para advertirme de lo que venía.
Empezando con un episodio con mi papá que arruinó parcialmente el mismo día de mi cumpleaños, el cuarto de siglo me obligó a confrontar el dolor físico y emocional, lo que en consecuencia hizo que me diera cuenta de que no suelo reconocer esta sensación en mí, a pesar de que esté lejos de serme ajena. Me desespera que exista, la ahogo en excusas por las que “no tengo tiempo” de sentirla y la convierto en risas. Pero cuando de repente te pasa todo en simultáneo y terminas diagnosticándote la necesidad de recibir unos ramazos, es casi imposible escapar de ella.
Saberme adolorida no fue la tragedia del año —aunque por el drama que desborda ese borrador que jamás verá la luz pensarían que sí—, sino que me sirvió para comprender que tal vez la vida, o mi vida, sea precisamente una mezcla de dolor con aproximadamente mil emociones más, porque ¿de qué otra forma podría explicar que este probablemente haya sido también mi año más feliz?
No ha sido fácil expresar mis sentimientos en torno a… mis sentimientos; de ahí, los tres meses de edición. La única vez que me han hecho clic las palabras para manifestar la manera en que creo que se engrana todo dentro de mí fue cuando leí la letra de Every Single Night y me encontré con esto:
“Every single night, I endure the flight
Of little wings of white-flamed butterflies in my brain
These ideas of mine percolate the mind
Trickle down the spine, swarm the belly, swellin' to a blaze
That's where the pain comes in like a second skeleton
Tryin' to fit beneath the skin, I can't fit the feelings in, oh”
—Fiona Apple, Every Single Night
Hay días mejores que otros, por supuesto, y no voy a decir que el dolor es un regalo, porque ciertamente él y yo no hemos hecho las paces, pero para conocerme mejor y apreciar todo lo que me rodea, no me queda más que estar de acuerdo con Fiona Apple al final de la canción: “I just wanna feel everything.”
Pueden leer la letra completa aquí
Ladies
Hace un mes hice un tweet en el que decía que algún día mi futura hija me preguntaría por qué se llama Ladies Ladies Ladies Ladies y jamás me voy a recuperar de que ustedes lo hayan dejado floppear. Tanto Ladies Ladies Ladies Ladies como yo merecíamos más.
Ladies es una canción que me encanta desde la primera vez que la escuché y que desde hace relativamente poco me ha hecho pensar en las mujeres que jamás voy a llegar a conocer verdaderamente debido a que el grado de separación entre nosotras es un hombre con el que ambas tuvimos algún tipo de relación.
Es un prospecto que me entristece y a veces me hace querer que todo fuese distinto. Algunas de estas mujeres son muy diferentes a mí y sé que dejar de conocerlas no es truncar lo que pudo haber sido una amistad soñada, pero aun así me desagrada la idea de que exista una especie de rivalidad implícita entre nosotras cuando, al final, ambas somos las “ex locas” de un hombre que le dice a cada nueva mujer que entra a su vida que en su relación anterior nunca se sintió como él mismo.
También hay otras mujeres de las que me encantaría ser amiga. Las admiro. Pero el vaso de agua en el que alguna vez se ahogó un hombre impuso una distancia entre nosotras que me hace hasta tortuosa la tarea de saludarlas si me las encuentro en algún lugar. Me hace sentir mal, todo esto. En ellas reconozco a “yet another woman to whom I won’t get through”, como decía Fiona Apple.
Cuando el tiempo pasa y el resentimiento o la incomodidad se desvanecen, lo único que queda son las mujeres con las que ahora será difícil, si no imposible, conectar. Ojalá fuese más sencillo cambiar la manera en que estas cosas suelen funcionar. Al final del día, la realidad es esta:
“Nobody can replace anybody else
So it would be a shame to make it a competition
And no love is like any other love
So it would be insane to make a comparison with you”
—Fiona Apple, Ladies
Pueden leer la letra completa aquí
Gracias por parar sus compras desesperadas de Black Friday por unos minutos para leer este update de mi vida/artículo stanneando a Fiona Apple. Espero que no tengan que volver a esperar casi 5 meses para que The Vortex se asome en su bandeja de entrada y que la mentira del banner que dice que van a recibir un correo mío cada dos semanas no haga que cancelen su suscripción.
Los quiero y les agradezco a todos nuevamente por haberme acompañado este año, especialmente al posible Ben Affleck de mi Jennifer Lopez.
la parte de paper bag se quedará conmigo por mucho tiempo, es que soy yo jasdaj
me encantó este artículo!
Qué pedazo de artículo!! He estado obsesionado con Fiona desde que la descubrí hace dos años, al punto de que es lo único que tengo en mi teléfono así que básicamente cuando estoy fuera la escucho nonstop. Me identifico mucho con todo lo que dices, y tu top de sus canciones es casi el mismo que el mío
Me detengo un momento en la frase de "I want you to love me" porque literalmente es una frase que llevé a terapia. Yo soy una persona a la que le cuesta muchísimo tomar decisiones, y las diatribas morales o de cualquier tipo me paralizan, no sé dar respuestas, no sé tomar posición y me quedo en el éter considerando todas las posibilidades. Pero precisamente esta parte me habló mucho de que van a haber muchas preguntas sin respuestas por ejemplo "si un árbol cae en el bosque y no hay nadie que lo escuche..." a lo que Fiona con esta frase dice "sí, hace ruido". Porque no hay manera de saberlo. Y al final lo mejor que podemos hacer es elegir la respuesta que tenga más sentido para nosotros y olvidarnos de la teoría y las consideraciones
Gracias por tus palabras : ))