Hola…
*tocando el micrófono*
Probando, probando.
Ok, vamos.
Paso por aquí para dar la noticia más importante que se ha filtrado en lo que va de 2024: Jacob Elordi y Olivia Jade terminaron.
Repito: Jacob Elordi y Olivia Jade terminaron.
Es un evento, un suceso que me encantaría estar reportando in situ (eufemismo para “desde los brazos de Jacob Elordi”), pero lo mejor que puedo hacer por los momentos es mandarles este correo apenas un par de horas después de que saliera a la luz esta información.
Twitter es mayhem mientras escribo esto. Los mensajes directos de Jacob Elordi en Instagram están a punto de generar un glitch en la aplicación. Las páginas de boletos aéreos están sobrecargadas. Los Airbnb en Los Ángeles no se dan abasto. Todos estamos haciendo piruetas mentales tratando de entender el huso horario de Brisbane para saber a qué hora podremos conocer a nuestros futuros suegros por FaceTime, comprando cargo pants con mil bolsillos para llevar los libros de Jacob Elordi en la gasolinera y el aeropuerto, y preguntándonos cómo entender a Layla, su mascota que supuestamente se sabe 500 palabras. La tarea es abismal, pero la recompensa lo vale; de eso estaba hablando Miley Cyrus —presidenta del club de entusiastas de australianos— en The Climb.
Y con todo esto, no puedo evitar preguntarme: ¿Jacob Elordi se fijaría en mí? ¿Saldría conmigo? ¿Se enamoraría de mí? Como dijo Meryl Streep: I have doubts. I have such doubts.
Más allá de lo obvio —que es una celebridad, que no lo conozco, que sale con gente como Kaia Gerber—, hay una parte de mí que cree que tengo una oportunidad. Es la fuerza delulu que habita mi cuerpo, la misma que escribe estos artículos. Pero ¿que sea delulu significa que está equivocada? No me parece justo verlo así. A veces hay que interpretar el rol de loca y decir ciertas verdades. De hecho, así fue como Angelina Jolie se ganó un Óscar. Piensen en eso.
Todavía recuerdo mi primer encuentro con un australiano. Tenía 13 años, me acababa de montar en un avión y no aguantaba el sueño. Apoyé mi cabeza de la ventana —gracias a mi mamá por dejarme el mejor asiento siempre— y cerré los ojos. Quería dormir, pero el hombre que estaba a punto de dar las instrucciones de seguridad del vuelo me llamó la atención. Dijo que no podía recostarme de la ventana hasta que estuviéramos volando. Tenía una cara espectacular y el acento de una persona que también dice “naur”. El resto es historia.
No soy mejor que Tom Cruise. Ok, sí me gustaría pensar que no tener ningún tipo de asociación con la cienciología me hace aunque sea un poco mejor. Pero me refiero a que puedo entender por qué siempre estaba encima de Nicole Kidman en las fotos que les tomaron mientras estaban casados.
No soy mejor que las personas que rompen el hielo hablando de que Elizabeth Debicki mide 1.90. Tampoco soy mejor que el fantasma que persigue y atormenta a Cate Blanchett en Tár. Yo, también, haría todas estas cosas. Por Dios, si hasta el papel de Barbie, una muñeca literalmente perfecta de proporciones imposibles, se lo dieron a una mujer australiana y nunca nadie cuestionó el parecido físico.
La ruptura de Jacob Elordi es importante, significa que ahora hay un australiano de casi dos metros suelto por ahí y alguien —preferiblemente yo— tiene que hacer algo al respecto. Este hombre usa cartera, tiene zarcillo, dice cosas como “darling” y “little one”, está a punto de demostrar lo silly que puede ser en Saturday Night Live e hizo que un carro pareciera de juguete solo parándosele al lado en Priscilla (2023). Literalmente voy a vomitar. Llámenme Steve Irwin, porque quiero explorar la fauna australiana y preservar las especies en extinción.
R.I.P. Steve Irwin, hubieses amado The Vortex.
Ahora, volviendo a los cuestionamientos iniciales: sí creo que Jacob Elordi saldría conmigo. Portia De Rossi es australiana y está casada con Ellen, incluso después de que se demostrara que es una persona horrible. Nicole Kidman está con Keith Urban… Los estándares de los australianos no parecen ser realmente el problema. Y en todo caso, me gustaría pensar que estoy unos cuantos puestos por encima de Ellen y Keith Urban en un ranking de belleza.
Ciertamente la vida te da sorpresas porque jamás pensé que escribiría algo como esa última oración, pero aquí estamos.
Adicionalmente, creo que Olivia Jade corresponde físicamente a un tipo que yo también puedo evocar. Es decir, al menos en mi mente, mi cara pertenece a una categoría similar a la de ella (abajo). Y si no están de acuerdo, no me lo digan jamás porque mi autopercepción ya está pendiendo de un hilo. No olvidemos que miss girl tiene acceso a procedimientos cosméticos que Jacob Elordi podrá ayudarme a costear en el futuro próximo. Gracias de antemano.
Siguiente: los outfits. Las fotos que verán a continuación demuestran dos cosas. La primera: a Jacob Elordi le gusta un momento de matching outfits y eso es algo que yo, ciertamente, puedo hacer… Y QUE YA HE HECHO PERO NO FUE MI IDEA PERO IGUAL ME PARECIÓ CÓMICO PERO DE TODOS MODOS SOY CÍNICA DE CORAZÓN Y SABÍA LO RIDÍCULO QUE ERA MIENTRAS LO HACÍA PERO LO VOLVERÍA A HACER POR JACOB ELORDI PERO SI SE ACUERDAN DE QUE YA LO HICE POR FAVOR BÓRRENSE LA MEMORIA PERO—
La segunda: Jacob Elordi es un hombre al que le interesa la moda. No sabrá nada sobre las carteras que usa porque simplemente se las mandan y él sale con ellas —y conmigo también, vamoooos—, pero sé que existe esa sensibilidad estética dentro de él, por lo cual pienso que apreciaría mi forma de vestir y podríamos hacer bonding sobre eso. Son solo hechos.
El próximo punto en mi lista tiene que ver con que Jacob Elordi parece tener una familia funcional, una creencia que estoy basando únicamente en el hecho de que hable de sus papás en público e incluso atienda entrevistas online con ellos en la misma habitación. Y si hay algo sobre mí, es que voy a salir con hombres de familias funcionales que voy a querer que me adopten y por las cuales voy a sufrir una vez que termine la relación. Un beso a mi exsuegra que me llama “mi favorita” y a mi otra exsuegra que una vez me vio trabajando y al pasarme por al lado me dio un beso maternal en la cabeza. Pienso en ustedes cuando escucho Ur Mum, de Wet Leg.
Y finalmente voy con lo que, a mi parecer, me da más puntos en la escala Elordi. ¿La escalordi?
Los posts cinéfilos de Jacob Elordi. Por favor, aprecien:
¡Necesito conversar con este hombre! Necesito que sepa que yo también estoy obsesionada con la pareja que hacían Gena Rowlands y John Cassavetes y amo a Matt Dillon en Drugstore Cowboy (1989), que 3 Women (1977) está en mi top 2 de Robert Altman, que en la universidad escribí un ensayo sobre Hirokazu Kore-eda, que me repito el “be funny, comma, when you can, period” de C’mon C’mon (2021) de vez en cuando, que uno de los personajes principales de Diabolique (1955) es caraqueño como yo y que el remake americano de esa película me dio uno de los recuerdos más marcados de mi infancia. ¡Él necesita saber!
Y creo firmemente en que si lo supiera, no solo saldría conmigo, sino que se enamoraría de mí. IT’S NO USE, J(ACOB)O. J(ACOB)O, WE GOTTA HAVE IT OUT!
He expuesto mis razones y ahora los dejo con ellas. Consideren este el ejercicio de manifestación más grande que he hecho. Phoebe Bridgers logró llegarle a Paul Mescal gracias a un tweet, ¿por qué Jacob Elordi no se toparía con este artículo y diría “naur, you’re so funny, little one!” y me invitaría a una cita?
Me despido con esto que me dijeron hace una hora cuando pregunté en Twitter si Jacob Elordi se fijaría en mí. Gracias por su apoyo, confianza y comprensión.
Okay this is one of the best articles you’ve ever written! Obviamente, Jacob se fijaria en ti
being delulu, it's the solulu